Post
Recap personal del 2024
El 2024 fue un año lleno de cosas que pusieron a prueba mi fortaleza emocional, mental y física. Fue un año donde la incertidumbre, la ansiedad y la desesperación parecían no acabar. A pesar de todo, con mi esposa logramos mantenernos de pie y encontrar pequeños momentos de calma en medio del caos. Este es un resumen de los eventos más significativos de este año tan difícil que dejó cicatrices, pero también lecciones profundas.
Lo que detonó lo peor de este año
El año comenzó con uno de los golpes más duros: tanto mi esposa como yo fuimos despedidos de la empresa en la que trabajábamos. La incertidumbre económica y emocional que siguió (y permanece en mi caso) fue abrumadora, marcando el inicio de un año lleno de sucesos inesperados.
En un intento por escapar, aunque fuera por un breve momento, decidimos ir a Villarrica donde unos amigos siempre nos reciben con los brazos abiertos. La idea era descansar un poco y cambiar de aire. A pesar de la calidez de nuestros amigos, la sensación de estar atrapados en un túnel oscuro no desapareció del todo. Fue una pausa breve en un mar de ansiedad.
Para nuestro aniversario, intentamos desconectar nuevamente con unas vacaciones en Concón. Aunque el lugar era hermoso, la sombra de nuestras preocupaciones seguía presente, haciéndonos difícil disfrutar completamente del momento, bajo el marco de nuestro tercer aniversario de matrimonio.
Más malas noticias
En marzo, un nuevo golpe nos sacudió. Mi madre sufrió un ACV después de ser hospitalizada de urgencia. Fue una experiencia aterradora y emocionalmente devastadora. Su recuperación fue lenta y estuvo llena de incertidumbre, recordándonos lo frágil que puede ser la vida.
Para hacer frente a las presiones económicas, decidí trabajar como conductor de Uber. La experiencia fue agotadora, tanto por las largas horas como por los desafíos con algunos pasajeros. Una casi infracción por parte de un inspector fue la gota que colmó el vaso, obligándome a buscar otras maneras de generar ingresos.
Mudanza
En medio de este torbellino, vendimos la mayoría de nuestras pertenencias y nos mudamos a un departamento más pequeño. El espacio reducido reflejaba nuestra situación económica, y aunque intentamos adaptarnos, el cambio fue más un sacrificio que una elección.
Una pequeña luz
Una de las pocas luces en el año fue cuando mi esposa Jean consiguió trabajo remoto. Su dedicación y esfuerzo fueron fundamentales para mantenernos a flote, aunque el estrés de adaptarnos a tantas cosas nuevas nunca desapareció del todo.
Buscando una forma de liberar algo de tensión, decidí volver a hacer CrossFit con mi esposa, y nos unimos a un pequeño box donde encontramos una muy buena comunidad y rutinas exigentes.
Además, cabe mencionar que tuvimos la oportunidad de participar cada miércoles en unos estudios bíblicos sobre Éxodo en nuestra iglesia local. Estos momentos fueron un respiro espiritual y nos ayudaron a enfocarnos en las promesas de Dios. También fue un gran privilegio servir tocando en el ministerio de alabanza cada domingo, lo que nos dio un sentido de propósito y gratitud en medio de las dificultades.
Logramos afianzar un poco más los lazos con algunos de nuestros hermanos en la iglesia. Estas relaciones nos dieron apoyo y compañía en momentos clave, recordándonos que no estábamos solos en nuestras luchas.
Más malas noticias
A mitad de año, la salud de mi suegra empeoró con un diagnóstico de artritis reumatoide. Ver a mi esposa enfrentar esta nueva batalla fue desgarrador, aunque su fortaleza logró que su madre tuviera acceso a tratamientos que aliviaron un poco su condición.
Aquí debo hacer un alto y destacar lo fuerte y valiente que ha sido mi esposa este año. Se ha esforzado con todo lo que tiene para recuperar algo de la normalidad que teníamos. Incluso logró completar una maratón este año.
La buena noticia
Sin duda, lo más importante de este año ocurrió hace muy poco: nos enterarnos de que vamos a ser papás. Obviamente podría seguir enfocándome en lo negativo y en el nuevo tipo de incertidumbre que esto provoca, pero también es una chispa de esperanza y alegría que no habíamos sentido en mucho tiempo. Esperamos mucho este momento y no queríamos que sucediera en estas circunstancias. Aun así, es la mejor noticia y regalo que podríamos haber recibido.
El 2024 fue, sin lugar a dudas, un año devastador, lleno de incertidumbre y luchas constantes. A pesar de todo, cada desafío nos empujó a adaptarnos y a encontrar pequeñas razones para seguir adelante. Ahora, con la llegada de nuestro bebé en el horizonte, tenemos una razón más grande para enfrentar lo que venga con valentía.
Siguiente
No lo logréAnterior
Sobre la polémica de Wordpress